jueves, 20 de enero de 2011

La llegada a la oficina

Entrada de CoC

Bueno, llego el momento de poner los dedos en el teclado y sacarse los zapatos! Copado! El que lee esto diría...les dan servicio de masajes? hacen yoga? Quiero trabajar ahi! Tranquilo/a...no seas ansioso/a y seguí leyendo!
Ni bien bajamos del auto que nos trasladó hasta el Coc (Centro de Calamidad), y atravesamos cual Patronelli en pleno Dakar los obstáculos que el terreno irregular nos presentaba, llegó el momento de entrar a la oficina. Lo primero que tuvimos que hacer fue sacarnos los zapatos, el casco y el chaleco antialgo. La primera impresión que tuve fue de caos! Cables por todos lados, vasos que servían de contenedores a otros vasos que a su vez contenían basura, un par de mesas por aquí y otras por allá. Dejé mis cosas, saqué la notebook, busqué algún lugar donde acomodarme (no de estar cómodo, sólo de estar físicamente asentado en algun lugar) .No habíamos conseguido adaptadores para enchufar el artilugio informático, así que me conformé con las 3 horas de batería que me quedaban mientras observaba como me miraba el resto. Empezaba a transpirar, las letras del teclado se fundían con el fondo negro y el aire portátil acondicionado estaba mas pintado que mi notebook cuando se acabe la batería.
El cable con ficha argenrtina era solo útil para sostenerme los pantalones y convertirme en el mugatu de la indumentaria informática (ver zoolander si desconoce lo anterior).
El hambre también se hacía presente y con ello la desesperación. Hurgué por una mesita improvisada con botellas vacías encima cuyo gas se había evaporado seguramente un par de semanas atrás, y se podría decir que también estaban pintadas. Había un par de galletitas, que yacían desparramadas por la mesa y el paquete que ya había perdido su forma producto de ser manoseado a mansalva. Tras ver esa escena de canibalismo en tamaño de snack corrí mi mirada y opté por seguir tomando agua.
Luego de 1 par de horas las oficina comenzó a teñirse de color mezclandose con mi verde color esperanza, resultando en algo poco agradable a la vista.
La ida al baño era una travesía, tenías que volver a ponerte el casco, el chaleco antialgo y las botas de leñador. Te volvías a meter en el terreno pantanoso de la obra, sorteabas un par de obstáculos, caminabas como 5 cuadras, pasabas un cerco alambrado, te fumabas las caras de los #00 que te miraban imaginando que los veías como algo raro, como si el 3D del que era protagonista nos permitía hasta sentir su olor....y tenían razón! Finalmente llegabas al baño, cansado, y la única sonrisa que se me dibujaba es haber llegado...solo eso, cual viejito tratando de llegar al baño. Y después, después la vuelta, y a no volver! Si hay algo que se aprende es a aguantar!
Hasta la próxima!

Mike

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