domingo, 23 de enero de 2011

Comida de la Black M

Mc Donald's Negro

Mientras en Buenos Aires la rutina diaria me llevaría a levantarme y lavarme los dientes, en Pretoria llegaba la hora de buscar "algo" para comer. Ese "algo" vendría dentro de una cajita de ensaladita preparada para satisfacer a nuestro estómago durante el lapso de 45 minutos. La otra opción eran unos fideitos o 3 sanguchitos apretados cual gente en asiento del D en plena hora pico. De tomar, lo mismo de siempre, una botellita que acusaba en su etiqueta "Vitamin" o algo por el estilo. La razón de mi elección estaba basada por un lado en que "parecía buena", lindo envase, tenía como 200 palabras chiquitas explicando las vitaminas y demás yerbas que traía, y por el otro lado era lo más fresco que encontraba. Ese sería el único que me acompañaría durante unos 35 min, sí, así es, 10 min menos que la comida. El Sol sudafricano invitaba a propinarle una serie de improperios en el momento de caminar encontrando un lugar donde comer, y sobre todo cuando estaba sentado y siempre me quedaba alguna extremidad que no escapaba a su mirada.
LLegaba el momento de volver al lugar hostil, darle un par de monedas al trapito sudafricano, convidarle un sonrisa y de vez en cuando una mano levantada a modo de saludo.
Meterse en el auto luego de haberlo dejado solo durante una hora, era como entrar en 1 sauna con ropa de invierno. La piedad del sol se manifestaba ausente y no vaciló en aumentar gratuitamente su temperatura, y hacernos transpirar durante todo el recorrido. Inútiles fueron los esfuerzos del aire acondicionado, optando finalmente por bajar las ventanillas y llegar despeinados, en los casos que aplicara.
Luego de volver a dejar el auto bajo la estrella solar - a fin de cuentas era el que mas disfrutaba del día - emprendía la vuelta al "lugar de trabajo". Era el lugar donde dejaba las cosas, aguantaba las ganas de ir al baño y soportaba el frenesí del ritmo de trabajo europeo.
A percepción personal, la jornada de trabajo del argentino tiene una serie de actos que se pueden simplificar de la siguiente manera: llegar al trabajo, revisar los mails, abrir alguna pagina de diarios online solamente para hacernos los interados en la actualidad y encontrar alguna noticia para defrenestrar al país donde vivimos y así iniciar una discusión sin sentido, volver a chequear el mail, a ver si llegó algo en los 5 minutos que la curiosidad nos invadía, servirse un café, volver al escritorio y volver a chequear el mail. El ritmo de trabajo de los europeos da la sensación que el mismo se desarrollara arriba de una cinta de gimnasio, con la notebook enfrente, un par de euros de zanahoria y al fin de cuentas los que transpirábamos eramos nosotros, los argentinos.
Las largas y extenuantes horas de trabajo bajo miradas austríacas nos tejían una cuerda imaginaria que nos impediría ir por nuestro alimento pero que vendrían recompensadas con numerosas bolsas de hamburguesas de la la gran black "M" acompañadas de unas frias y suculentas papas fritas que disfrutaríamos cual porcinos en busca de su comida sobre un suelo recién alfombrado.
Ante la menor queja producto del hacinamiento al que eramos expuestos obteníamos siempre la misma respuesta: "Don´t think..just work" ("No pienses...Sólo trabajá", para los que no dominan la lengua inglesa).
Nosotros sólo trabajámos, y ellos hasta cambiaban el agua del aire acondicionado portátil, en 1 acto repetitivo que llegaba al nivel de la irritación sumado a la montaña de basura donde las cáscaras de banana parecían prestarse a la fuga.
Y luego...luego llega la noche?? No, eran un par de #00 (oscuros), cuya indumentaria parecía levitar cual acto de magia que dejaría perplejo al más intrépido crítico e invitaba a aplaudir como foca en acuario de costa atlántica!
Nos vemos en la próxima!

Mike

1 comentario:

  1. Jjajajaja, muy buen punto de vista Mike, es dificil plasmar tantas sensaciones juntas en un post...... Pais extraño, gente extraña (local y visitante), la comida caca express que comemos todos los dias... las corridas, el viaje diario por inmensas autopistas atestadas de europeos en modelos de autos para nosotros desconocidos rodeadas de campos inmensos (que son atravesadas por los lugareños que emprenden un interminable viaje a pie hasta sus puestos de trabajo), las miradas extrañas de los habitantes del lugar.... son muchas cosas, tantas vivencias que se dificulta comprender todo....

    ResponderEliminar